De familia numerosa y con escasos recursos, apenas dejó datos sobre su infancia. Hombre equilibrado, pacifista y cordial, creyó siempre en la ética libertaria y sostuvo que la cultura era el elemento fundamental para el cambio social. Ejerció como sastre, vendedor de colonias, maestro racionalista y periodista, en actividades subvencionadas por sindicatos y grupos libertarios.
Abandonó Almería a los diez años. Según su testimonio (1974), su acercamiento al anarquismo se produjo en 1919 tras leer a Bakunin, Kropotkin, Reclus y Malatesta. Salió de España durante la dictadura de Primo de Rivera y en 1924 se hallaba en Lyon, donde conoció a Valeriano Orobón, de quien escribió una biografía en 1976.
En 1927, desde Melilla, colaboró con La Revista Blanca y mantuvo relación con destacados anarquistas como Paulino Díaz, Ángel Gómez, Rafael Fenoy y José García Viñas. En 1930 firmó una entrevista en Orán en nombre de Soledad Gustavo.
De regreso a Melilla, participó en la huelga general del 27 de abril de 1932, tras el atentado contra Paulino Pino. Fue detenido y confinado en Almería, donde publicó En régimen demócrata (1932), siendo secretario de la Federación Local de la CNT.
Durante la República publicó dos novelas cortas (1934 y 1935) y participó en mítines en diversas localidades levantinas. En la Guerra Civil fue corresponsal de CNT y Solidaridad Obrera, redactor de Fragua Social y colaborador en Nosotros y CNT-UGT.
Afiliado a la FAI, en 1935 se integró en el grupo Ariel de Mislata, donde ejerció como maestro. Fue secretario del Comité Regional de Levante de la FAI y participó en el Pleno Nacional Ampliado de 1938. Prologó el folleto de Tomás Cano Ruiz La FAI y los momentos actuales y escribió obras de teatro inéditas.
Tras la Guerra Civil fue hecho prisionero en 1939, permaneciendo siete años encarcelado. En 1944 fue condenado a 30 años, aunque obtuvo libertad condicional ese mismo año. Se exilió a Francia, donde trabajó como representante durante 25 años y colaboró en publicaciones como Cénit, Ruta, Anarkía e Ideas-Orto.
Murió en 1991 en Montgailhard (Francia) y fue enterrado junto a su compañera Francisca Gómez Aguirre, militante de Mujeres Libres.
Su trayectoria refleja:
Salvador Cano Carrillo fue un anarquista comprometido con la cultura y la educación como motores de cambio social. Su labor como maestro racionalista, periodista y conferenciante lo convirtió en una figura destacada del movimiento libertario, con raíces en Mojácar y Almería.