Situada en el barrio de la Alquería. Fue edificada sobre una antigua mezquita musulmana.
Fue incendiada en 1570 durante la rebelión de los moriscos. Tras la revuelta, la Alquería quedó casi despoblada y el templo sin uso. Sus ladrillos fueron utilizados para la construcción de la nueva Iglesia de la Inmaculada Concepción.
No fue hasta el siglo XVIII cuando comenzó su reconstrucción, con la financiación de la familia Salmerón.
El edificio es de una sola nave con dos capillas laterales. La derecha, del sagrario, tenía encima un nicho con un San Antonio y frente a ella la capilla del Nazareno. Contiene un interesante camarín con decoración geométrica en estuco.