Tomó el hábito en la Casa Generalicia de las Escuelas Cristianas en París (1889). Un año después comenzó como profesor en el Colegio Condal de Barcelona (1890–1898), al que regresó como subdirector en 1904 y 1908, y finalmente como director (1917–1925). También ejerció en los colegios de Calonge (1898–1901), Cambrils y Tortosa (1910–1917).
Fue el primer religioso español de la orden en ocupar cargos de relevancia: visitador provincial de Barcelona (1925–1928) y, especialmente, asistente de España y consejero del superior general (1928–1946). Su nombramiento supuso un hito en una congregación dominada hasta entonces por la influencia francesa.
En 1933 impuso la práctica del silencio en los retiros espirituales, atendiendo a las peticiones de los hermanos y de los jesuitas predicadores, como sacrificio para pedir la protección de la Iglesia durante la República. Como asistente español, debía atender a España y Brasil, aunque solo pudo viajar a América en 1925. Durante la proclamación de la Segunda República llamó a la serenidad: *“Vivimos en la España del Sagrado Corazón. ¿Por qué alarmarnos?”*.
Residió en Griñón, desde donde enviaba circulares mensuales a los hermanos. Tras la Guerra Civil, impulsó la unificación de las ediciones escolares de La Salle y la creación de un Escolasticado Universitario en Zaragoza, para la formación académica de los religiosos. También proyectó una Escuela Normal en Madrid, truncada por la guerra.
Se empeñó en la reconstrucción de las obras de los Hermanos de las Escuelas Cristianas tras la contienda, especialmente en las regiones más hostiles a la escuela cristiana. En 1946, al concluir su período de gobierno, había logrado que todas las casas españolas se integrasen en la Asistencia de España, incluyendo la de Premià de Mar. Ese mismo año participó en el 37.º Capítulo General.
El grupo español estuvo formado por el Hno. Pedro Luis y otros representantes de los distritos de Bilbao, Madrid, Valladolid y Barcelona, preludio de la creación de los distritos Central y de Valencia.
Sus últimos años transcurrieron en Cambrils, rodeado de la admiración de los religiosos que enseñaban o se formaban allí.
Su trayectoria refleja:
Ricardo Barranco Asien, conocido como Hermano Pedro Luis, fue una figura clave en la consolidación de la presencia española dentro de las Escuelas Cristianas (La Salle). Su labor de gobierno, formación y reconstrucción tras la guerra lo convierten en un referente de la educación cristiana en España durante la primera mitad del siglo XX.